Tras apenas cinco años de gobierno democrático, las fuerzas armadas tomaron el poder el 1 de febrero, arrestaron a Aung San Suu Kyi, la líder civil del país y declararon el estado de emergencia por un año. Después de la conmoción inicial, personas de distintas edades, etnias y afiliaciones políticas se están uniendo para protestar y rechazar el regreso a la dictadura militar.

RANGÚN—Después de cinco años de gobierno elegido democráticamente, el pueblo de Birmania no está listo para regresar a l

angon—After five years of democratically elected governance, the people of Myanmar are not ready return to military dictatorship. Despite a curfew and martial law, hundreds of thousands of protesters are filling streets across the Southeast Asian country. From the largest city, Yangon, to the delta, mountains, and coasts, people from all backgrounds are shouting “Let the military fall!” and waving the three-finger Hunger Games salute that has become a symbol of resistance across Southeast Asia.